9 de enero de 2008

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¡Calla… calla!

¡Calla… boca mía…! ¡No confieses nada!
¡Guarda las palabras tristes que tu pena
engendró en el pensamiento y calla… calla!
¡Quizás las devore el fuego que hoy te quema!

Es tan grande esta pasión… tan imposible
que por imposible quiero hacerla mía.
Mas tan sólo en sueños, donde es tangible
la fingida realidad que poseía.

Sueña corazón, que en el silencio nace
el divino mundo que engendró la noche
y todo el secreto de tu sueño hace
trocar en realidad mi alma de fantoche.

            Margarita Dimartino de Paoli-

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