Con una lámpara alumbro
los caminos que sin rumbo
tomo a cada momento
quien me tira una escalera
para llegar al encuentro
de los cruces
para bajar a la tierra
de las sábanas doradas
donde el alma despojada
sueña sueños en despierto
y un caracol abierto
sin casa sin cuerpo
yace en un frasco muerto
hasta la próxima pasada.
María Belén Granea-