9 de enero de 2008

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El minuto

Voy por las calles vacías,
calzando los sueños
en zapatos gastados.
La mañana se despertó dormida
y no tiene ganas de arrancarme la memoria.
En una esquina doblada de espera,
deshojo los minutos.
A la hora prometida
una nube pasará
y cubrirá la tristeza.
En un sitio cualquiera estaré,
estampando la mirada.
Tal vez mañana regresen
esas ganas de beberme toda el agua
y en sorbo agudo,
pueda ahogar el malestar…
Cuando vengas un día,
regálame el minuto preciso,
no olvides que el sol se pone a esa hora
y quizás sea tarde,
para el reparto de sueños.
Trae lo que quieras;
descalza iré por el camino
dejando huellas nuevas.
No te olvides de tu sueño,
Que quiere vivir con el mío
Pero, eso sí, sólo esto te pido:
llega en el minuto preciso…

Claudia Roxana Gurevich-

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