9 de enero de 2008

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Podré arrodillarme milenios
de soledad contigo.
Tus ojos despiertan un enigma
parecido al de mis piedras.
Me pararé tranquila en la estación
que sabes
y retomaré el camino con mis pies
de ángel:
Tú desde el estrado
y yo siempre desde abajo
esperando,
esperando…

            Sandra Rogel-

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