16 de enero de 2008

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El día que…

El día que dejen de oírme cantar,
que calle mi risa,
que mi mano deje de empuñar la pluma,
con que trazo siempre mis versos y rimas
El día que sientan a mi cuerpo frío,
mi frente marchita, mis ojos sin brillo…
Sabrán que estoy muerta!
Pero mientras tanto, en mí quede,
un poco de aliento, un poco de vida,
cantaré con el viento!
Llevaré mi canto por los mil caminos,
y aquel que lo escuche, se aprenda mi letra.
Y reiré mi risa por los mil rincones,
y el eco la lleve hasta los oídos,
de aquel que la vida, le causó pesares.
Que mi mano firme se aferre a la pluma,
que escriba mil versos, que escriba mil rimas,
que puedan leerlas todos esos seres,}
que en el alma llevan guardado un poeta.
Que nunca mis ojos se queden sin brillo,
que sirvan de lumbre a oscuros senderos,
que mi frente altiva le sirva de ejemplo,
a todos aquellos que perdieron sueños.
Que mi cuerpo tibio, cual nido de ave,
inspire ternuras, caricias y besos.
El día que dejen de oírme cantar,
que calle mi risa,
que mi mano deje de empuñar la pluma,
con que trazo siempre mis versos y rimas.
El día que sientan a mi cuerpo frío,
mi frente marchita, mis ojos sin brillo…
Sabrán que estoy muerta!

Adela María Gil-

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