Reencuentro

En mitad de la noche muchas veces me alcanza
con la voz de la lluvia un adiós sin consuelo,
un reclamo perdido, un doliente desvelo,
de no sé cuál ausente que agotó su esperanza.

De lejanos rincones se proyecta y avanza
hacia el cuenco dorado de la luz en que velo,
y me llama, obstinado, desde el mundo gemelo
tras la tenue muralla de la lluvia que danza.

Yo te escucho, mi hermano en el viaje sin gloria,
lado alado, siguiendo la pared divisoria
hasta el árbol de sombra, y la fuente, y la risa,

cuando traiga el momento del encuentro inefable
la firmeza serena del abrazo inmutable
bajo el mágico cielo de armonía precisa.

            Carlos Alberto Fernández Franzini-