La ventana al sur

El viento ondula hoy las cortinas
de la ventana por la cual, la vida,
como en aquellos años, todavía miro.

El viento traslada las nubes hoy
al medio día y el sol no se decide al verano,
relumbrando, apenas tibio, en los techos vecinos.

Languidece el pequeño y mustio paisaje
a través de los vidrios, apenas en un jirón de cielo,
o el vuelo de uno que otro pájaro buscando su camino.

La otra ventana se abría al Sur,
al sur desconocido, sólo un mapa entonces,
sólo un mapa con Sur por nombre y un lejano olvido.

Los hombres en el Norte me dijeron;
¿How things “down” there?
Porque es así, el Sur está hacia abajo en el Universo.

Los hombres en el Norte tienen la Tierra
debajo de sus pies como cualquiera y arriba el cielo,
todo lo demás está debajo, sobretodo, el Sur vencido.

Todas las ventanas de mi vida no se abrían al Sur,
y sin embargo, creo que son la misma y una,
por la que ví tantos inviernos desolados y perdidos.

Aquella, a la que abrí tantas primaveras
vigilando esperanzado si ella otra vez venía,
recuerda del amor suspiros y se abre al Sur todavía.

Esa, aguarda aún verla otra vez pasar,
llevando en sus cabellos el sol prendido
y en su rostro milagroso, el amor, buscando un destino.

¡Un destino de Sur que no fue cumplido,
quedó para siempre en el papel, dormido,
y ahora asoma en las ventanas cada día que respiro!

El viento sopla hoy del Sur, con un dejo frío,
el Sur de los esfuerzos y los sueños tan queridos,
¡Mi Patria es el Sur y de esto no me arrepiento, ni me olvido!

Alejandro García-