Habla el hombre libre

¿Quién busca en las entrañas de un naufragio
humano densidades de oleajes agónicos
que intentan deshacer el vuelo bien curtido
de ese viento que no cambia de rumbo?

¿Quién llegará vestido
con uniforme de papel opaco,
dispuesto a reforzar hasta las oquedades
de un tiempo sofocante que habita en las entrañas
de memorias que bogan
por mares solitarios,
por mares hostigantes, glutinosos?

Continuamente vuelan,
sobre la zarza adúltera, saetas con instintos
de derrotas que acosan,
con la voracidad del tenebroso engaño,
el clamor de miradas elegidas
para cortejo de las voces únicas.

Las sonatas, que advierten de las vastas carencias
del viajero en la honda
noche donde la vida es llanto de amargura,
siembran besos en pasos con sabor a esperanza.
Pasos que no conocen la escoria que trajeron
aquellas olas rotas
por el poder oculto de esas nieblas,
amantes de los yugos y de los simulacros
de vida con mentiras de progreso.

Admiro cómo habla el hombre libre,
cómo esculpe palabras eternas, solidarias,
cómo enciende memorias inmersas en tinieblas,
cómo empuja a los vientos ya cansados…

Y agradezco a las fuentes que entregan su tesoro
inagotable a hierbas moribundas,
a campos plenamente secos y desnutridos

            Carlos Benítez Villodres