A doña María Villacorta
Con sus casi ochenta años vive doña María Villacorta
en su hermoso pueblo de Trevelín, provincia del Chubut
en su acogedora y hermosa cabaña de madera.
Sus sienes blanquecinas, por el inexorable paso del tiempo,
no pueden ocultar su bello rostro y lozana simpatía,
su cuerpo se mantiene aún muy firme, demostrando tras de él
un alma buena, noble y generosa.
Lo que en ella seguramente no cambió ni cambiará jamás
es el hermoso brillo de sus enormes ojos verdes,
que dan a su vivienda una luminosidad especial.
Ese brillo fabuloso, se opaca solamente cuando rueda
alguna lágrima recordando a su imposible y lejano amor,
ese amor que esta con otra, y su corazón con ella,
ese amor que le dio un hijo, y este la hizo abuela.
Ese amor que a veces en los recuerdos la visita,
y recuerdan sus amores de hace tiempo
en su hermosa cabaña de madera…
mientras afuera el viento y el frío patagónico
arrecian con mas fuerza por las noches
arrimando las soledades de sus almas.
Abuela de Trevelín, yo te saludo
desde esta lejana y norteña Andalgalá,
por la enorme valentía que has tenido
de tener el fruto de tu amor
en tiempos ya lejanos de prejuicios,
con ese hombre que has querido
y querrás hasta la eternidad,
no sé como se llama, pero sé
que te ama con locura, como tú a él,
y solamente una sociedad necia y oscura
les impidió compartir la belleza de ese amor.
Por todo esto es que yo te llamo,
María del amor de Trevelín.-
Carlos Alberto Busato-