5 de marzo de 2008

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La ceguera

La apacible ceguera humana
No es mas que el social eclipse
Que acallados espectros
Mocionan entre susurros perversos.
Aunque el siguiente abismo
Se entrevere con lo inusual
El dominio mismo
de nuestra ceguera
alcanzará la legión,
de innumerables corceles alados,
trovadores alocados,
ingeniosos olvidados
y martilladores inagotables,
de cabezas que se funden
en cada traición
a sus propios instintos.
La ceguera no daña
Sino la determinación
De no penetrar en cada rincón
Vejado por el olvido,
Observando lo prohibido,
Encallando distraído
Por no perder un mundo retraído.
La ceguera arde en los ojos
Y vive en la mente.

                Mauro González Quarti-

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