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Caminando la vida
Ay esta tozudez del cuerpo mío
de vagar por veredas ya gastadas,
tropezando con miradas que no hablan,
con rostros inmutables,
actores de un gran teatro,
mascarada.
Apuro el paso.
Y mi sangre,
cual si fuera la hidrografía de un país extraño,
se aligera,
y vuelca su caudal al estuario del corazón,
que aún resiste.
Ay esta tozudez del cuerpo mío
que me lleva andariego,
a buscar grises donde sólo hay sombras,
ignorando a sabiendas
que ya encontró el camino del verdadero gris,
en su destino.
Zulma Nicolini Rollano- |
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