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Los últimos días de Mónica
Te busqué día y noche.
Pregunté hasta a los mendigos,
Si en algún taxi te vieron cuando manejabas.
Yo escuchaba tus últimos días.
En las noches mirabas tu estrella
que más débil titilaba.
Entre hojas secas caminabas un día frío
en el río.
Tu boca blanca, débil, convaleciente,
el sol tibio iluminó tus pupilas.
Alguien dijo: ¡Qué hermoso día!
y contestaste: Hermosos son los ríos del cielo.
Así murió junto a las aguas.
Dormido en el taxi te soñé en el Chenque.
Frente al mar me decías
que junto con las gaviotas marinas
esperemos la última nave
para emigrar a otros planetas,
a otros mares del universo.
Dolores Bernardino Robledo- |
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