Pecado

Dios hizo al hombre,
de barro y sangre de su sangre.
Dijo no pequéis, si no es por amor
y nosotros hemos pecado.

Hemos pecado sin culpa ni arrepentimiento,
gozando del éxtasis y el deleite,
del fruto de un amor prohibido.
Piel a piel, cuerpo a cuerpo,
aún sabiendo que cruel será el castigo,
de aquéllos que ya nos han juzgado.

El fruto de mi robo es de otro,
tu piel, tus besos, tus caricias,
todo lo he robado.
Y en el deleite del deseo,
prefiero mil veces el infierno,
a negarme al cálido refugio de tus brazos.

Abrázame muy fuerte,
ponme en la tibieza de tus senos,
deja que respire de tu piel,
la fragancia que emanas de tu cuerpo.
Deja que me envuelva en la pasión y la locura,
que prefiero morir en tu hermosura,
a vivir por leyes y mandatos.

Santos Hermenegildo Villaverde-