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Azules y celestes
Vestigios de bruma
se esfuman a lo lejos,
el sol remolón se niega
a dejar de brillar.
La tarde,
se va llamando a reposo
y en un último intento
de abarcar el infinito
las aves, dan su vuelo final.
El agua demostrando señorío
llega envolvente,
adornando de blanca espuma la orilla.
El horizonte distante
se amalgama de azules y celestes,
se confunde en
un arco iris colorido.
El agua y las nubes,
las nubes y el agua.
¿Quién es quien?
No lo sé,
solo sé, que en un abrazo profundo
se han de despertar muy unidos
reinando en otro amanecer.
María Elena Herold-
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