Rubén Manchinelli
Como siempre en una huella
y sin llevar equipaje
se fue en el último viaje
camino de las estrellas;
nos dejó esas horas bellas
de la amistad, del amor.
Fue perfume de una flor
volar de blancas palomas,
la belleza de una loma
donde cautivó el honor.
Quedaron por los caminos
recuerdos que no se olvida,
“gauchadas” donde se anidan
las gracias de un peregrino;
¡Camionero y argentino!
Recorrió tierra y asfalto,
dejando pasar por alto
a más de una madrugada,
en su sonrisa llevaba
el haber nacido en “Salto”.
Hoy le brindo con mi pluma
un merecido homenaje,
que lo acompañe en su viaje
como una canción de cuna.
Estará junto a la luna
dibujada su presencia
de quien fuera en su existencia
un gran amigo… un señor.
Ha causado un gran dolor
pasar por esta experiencia.
Mario Celasco- |