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Hablo de mi
niña fugaz y eterna
como la muerte
blanco el fantasma que debería ser negro
rostro para un rostro que nunca lo tuvo
óleos triturados
en el empedrado
de una calle de adrogué
fotos viejas
candiles encendidos
el castillo
el fondo lleno de monos del África
en pleno suburbio
eucaliptos
la canción de la noche
el viento que aún me lame
la sangre que supimos conseguir
el acecho del niño lobo
la carne dura
que tiembla
un cuerpo vivo que tiembla
sudor
un barco que se aleja
niña que te niña
en el muelle
un padre que se va
un café eterno
amigos sin cordura
insomnio
pastillas
besos
una luna finita y brillante
un mar que me coge
un cielo que amedrenta
una bruja con ojos de almendra
hablo de mì
Gabriela Bruch- |
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