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El adiós
Calla…
no me digas nada,
que tu boca que era mi boca
se quede sin palabras
que en el ocaso de este amor
solo quede,
el fulgor de tu mirada.
Calla…
no me digas nada,
que un adiós muriendo se vaya
sin palabras.
Y cuando te hayas ido
el viento golpeará tu alma
mi pelo se enredará
en otras mañanas
que el olvido nos llegue
de madrugada
cuando tú te vayas.
Sólo abrázame en silencio
para sellar un adiós
sin miedo, sin regreso,
y dibujar en el camino
pensamientos nuevos.
Calla, no me digas nada…
Teresa Oñate Escobar- |
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