¿Dónde estás?
¿Dónde está… mi Dios, dónde…?
Desde el abismo… tú me llamas
o quizás de una estrella solitaria
pero yo sé que igual… me amas.
¿Sientes la voz de tu poeta, solo?
La voz del poeta que te aclama;
la voz del poeta que te bendice.
La voz del poeta que te llama.
La virtud del ser humano… es
la religión, la libertad, el designio.
Es el tiempo en que vive su vida
y quien hace uso de su ingenio.
Vanidad y el bronce que luzco
de sutil inspiración son mis galas.
Jazmín que dio perfume al aire…
yo… también remonto y tengo alas.
¡Por eso busco a Dios en las alturas!
Por ser la providencia de mi sueño.
Por eso quiero las manos invisibles
¡Porque escalé la cumbre con empeño!...
Ricardo Martins Viegas- |