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Sin vos llegan los días
Como si te hubieras ido de viaje
al insondable país del no se cuando...
llovía la tarde y eras ya lejanía
mientras en los grises rincones
desconsolada, se arrebujaba mi alma.
Era ala luz que mi esperanza
reclamaba latiendo aquí en el pecho
asombrada de ver desposeída a la ternura
mirando por las ventanas
como sin vos llegan los días.
Quiero creer que fue un sueño
que despierto yo he vivido,
cuando en las tardes te robaba
a hurtadillas de mil ojos que juzgaban el descaro
de dos mansas soledades que de amor se alimentaban...
y ufanas manos mimaban los límites de nuestros cuerpos
y la sangre en torbellino cabalgaba desbocada,
sometido, alucinada, piel a piel, y beso a beso.
Ay! este amor que no encuentra
los porqué de tanto olvido...
Tal vez te reproches siempre
esa ternura y sus trinos
que al umbral de tu abandono
mi corazón te llevaba,
tal vez una callada virtud
que tus preceptos privaron
te haga latir cadencioso
el corazón desolado
y machaque tu silencio
con las lunas de mi nombre,
tal vez, un día de éstos,
entre tu ausencia y mi anhelo
sin importar cómo y cuándo
gritemos a voz en cuello:
¡Cuánto vale este amor nuestro!
Y le demos un respiro
a este navegar sin puertos.
Julio Olivera Chazarreta |
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