Donde otros habitantes
dejaron sus días,
junto al sonido incansable
de la espuma
que indómita llega y se aleja
acariciando sus contornos,
ellas aguardan ser elegidas.
Testigos de otros pies
en otras primaveras
pequeñas, pardas, bermejas
llegan a mis manos las piedritas
al caer la tarde.
Tibio lecho mi bolsillo,
en un pacto silencioso
a cambio de energía
les brinda mi calor.