Monedas pecadoras

Se llamaba Jesús, como el niño Jesús.
Se quedó sin padre.
Muy joven él era,
madre y 4 hermanos tenían,
de noche salí, nadie sabía
dónde iba Jesús, sólo el Señor
lo veía y vigilaba.
Dios veía la maldad que hacía
Jesús, el pobre niño.
Apareció al día siguiente,
con una bolsita llena de monedas,
de monedas pecadoras,
monedas ajenas,
monedas de fuego.
Pobre, no tenía oficio y no tenía
para llevar el pan a casa, una noche
salió y no volvió al día siguiente,
su madre y sus hermanos preguntaron
por él, tocaron la puerta, un vigilante
con la cabeza gacha diciendo; señora,
su hijo a muerto, ha dejado de pecar,
él ya tiene oficio, está con el maestro,
con el Señor.
Ya no roba más para comer, él tiene
un oficio junto al Señor; enseñar a los
demás que no hay que robar por unas
monedas pecadoras.

Pedro Harismendy-