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Preludio de una despedida
Decir adiós es amargo
pensar en el adiós es doloroso
es saber que no estarás
mientras, el cuerpo débil transita
y el alma solitaria sufre.
Preparar la despedida es tan difícil
como el primer encuentro,
es sentir que aunque te alejes,
permanecen los pensamientos,
en los objetos que traducen instantes,
en las personas que marcaron tu vida,
en los lugares que guardan memorias.
Los minutos antes desgarran,
hieren en lo más hondo
en un llanto sin fin
porque te despides
dices un hasta nunca
para vivir en soledad.
María Emé Luna Obregón-
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