Perro de la calle
Mereces llevar la correa en el cuello.
Recorres países europeos
con fruición saboreas platos caseros,
de grandes restaurantes
Bendecís las manos de tus amos
con fingida alegría
caen de tus sucias fauces hilos babosos
que no percibimos van marcando
“surcos color de luto”.
Se inicia el camino hacia la unidad perdida
antes de proseguir.
Desde el jardín edénico
desgarras lentamente a tu presa.
Perro de la calle
famélico, con tus dientes y tus garras
noche a noche inventas otro bosque.
Con fuerza pateo hasta tu sombra
Aplasto con mis palabras tu sonora existencia
Una música acompaña.
Compro una correa nueva
al colocarla nunca más emitirás un ladrido
el astro luminoso no volverá a escucharte.
Ese será tu peor castigo.
Susana Josefina Máspoli -
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